Hagamos un ejercicio de memoria.
Desde que comenzaste tu ciclo formativo o formación universitaria. ¿Cuántas horas has podido dedicar a formarte/estudiar? Difícil de valorar, pero seguro que estamos de acuerdo en que no es una cantidad nada despreciable ¿verdad?
Probablemente haya conceptos, cuestiones, a las que dedicastes horas indecentes, que sólo te sirvieron para aprobar un examen, y que ya ni recuerdas de lo que se trataba. Y también estará el otro extremo, cosas que aprendiste sin esfuerzo aparente y permanecen a fuego en tu memoria.
Y yo te pregunto, si existiese una máquina que fuese capaz de seleccionar esos momentos “aprendizaje productivo”, reunirlos y ponerlos todos unos detrás de otros, ¿cuanto tiempo sumarían? Seguirá siendo una cantidad importante, pero tanto no como la primera que calculaste ¿verdad?
¡Cuanto tiempo de provecho dedicado! Y cuánto otro que se podría haber reinvertido… Aunque para ser razonables, esta última afirmación es cuanto menos injusta con nosotros mismos… nadie tiene una “máquina del tiempo” que te muestre tu futuro y te permita elegir solo aquello que va a ser realmente productivo y de provecho para tu actividad futura.
A día de hoy seguimos sin esa máquina del tiempo, pero si contamos con algo muy valioso, que es la experiencia de tantos años de formación. A día de hoy, con nuestros posibles errores, ya podemos diferenciar entre la formación que nos aporta nuevas habilidades y es efectiva en nuestro día a día, y la formación “de calentar silla”, porque como hablábamos antes no es tan importante las horas totales dedicadas que las horas efectivas de aprendizaje.
Una de las preguntas que más nos realizan nuestros estudiantes tanto particulares como en los grupos de empresas es: ¿Y para yo aprender X bien, cuántas horas le tengo que dedicar? A esta pregunta siempre le sigue la misma respuesta que no es otra que: Depende.
Y es que el ritmo de aprendizaje de cada uno depende de tu conocimiento previo, de tus habilidades personales, de tu motivación, de cómo de significativo ese aprendizaje para tí,… pero algo mucho más importante que eso y es si lo que estás aprendiendo lo vas a emplear a corto plazo. La práctica, será una de las claves para que el tiempo que estés empleando a formarte sea efectivo y merezca la pena.
Por estas, entre otras cuestiones, es por lo que concentramos nuestra formación para que cada vez que realizas una clase, en el menor tiempo posible puedas obtener las bases teóricas del trabajo a desarrollar, y después, de autónomamente puedas poner lo aprendido en práctica y completar el tu formación. Por eso un clase con siete minutos de video puede llegar a necesitar treinta minutos de dedicación, si realmente quieres que tu aprendizaje sea efectivo y te resulte útil a tí y no una perdida de horas de “calentar silla”.
Para daros más orientación durante vuestra formación, hemos incluido el tiempo estimado que tendrás que dedicar a cada curso para realizarlos. Porque tu tiempo es muy valioso, y no sólo tendrás que seguir las clases sino que tendrás que poner en práctica lo aprendido, y esta información es importante para poder planificarte
Recuerda en esa planificación incluir tu tiempo destinado a hacer nuevas cosas por tu cuenta, plantearte retos he intentar resolverlos ya que es otra de las mejores herramientas para fijar y afianzar conceptos, y si te surgen dudas por el camino recuerda que siempre puedes dejarla en sistema de comentario o escribirnos en el espacio de trabajo de Slack.